Nuestro planeta, es el único conocido hasta ahora donde existe el milagro de la vida. Data de 15.000 millones de años, es decir, viejísimo, mientras el ser humano es muy joven en habitarlo, puesto que sólo lleva aproximadamente 100.000 años viviendo en él.
El proceso de la vida es asombroso, pues a través de los miles de años ha ido transformándose, desde estados muy simples y pequeños, hasta los estados grandes y complejos. Sin embargo, el hombre siempre ha querido dominar la naturaleza con varios fines: uno modificando o transformando su superficie y otro sacarle provecho para enriquecerse, problema grande que amenaza hoy su existencia. Sólo desde la educación ambiental, se podrá garantizar la supervivencia; nos falta no solo amar nuestro hábitat, sino conservarlo, o como dice Gustavo Wilchex Chaux “muchas veces se nos olvida lo que aprendemos, pero casi nunca se nos olvida lo que amamos”. En este sentido, conociendo la fragilidad de nuestro planeta y el gran milagro de la vida, es necesario cambiar la actitud con respecto al modo de pensar y sentir, para que esto tan hermoso lo puedan disfrutar las generaciones futuras; aunque la gran catástrofe que amenaza la Tierra, nos llevará primero a la escasez del agua, y en consecuencia, más que nunca, habrá sequías que traerán: hambre, miseria, enfermedades endémicas, desnutrición y otros peligros que amenazan la vida.
